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© Todos los Escritos expuestos son propiedad de José María Rincón Ramón. No se autoriza el uso y/o duplicación de éste material sin la autorización escrita del dueño del Blog.
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UN PROYECTO PARA UN PAÍS MACONDIANO
Si bien se sabe, Colombia ha sido unos de
los países latinoamericanos que ha cargado con el rastre de la
guerra: muertes, guerrillas, cultivos ilícitos, secuestros, bombas (en muchas presentaciones), masacres, bacrim, autodefensas y las mil o una forma de
violación de los derechos humanos. Por tanto, ha sido un país que desde la colonia
no ha descansado del terrible yugo de la guerra, de la violencia, de la
explotación, del narcotráfico, de los burgueses, de la aristocracia criolla, de los ambiciosos
neocapitalista, de un gobierno corrupto
y unos políticos sin moral y razón. Qué triste introducción, que triste país.
Entre
los mil males que le acarrean al país de la prosperidad, encontramos unos de
los más incidentes en las últimas décadas y que hoy por hoy está en boca hasta del
perro de la casa; el conflicto armado y el anhelo abstracto de paz. Y, unas de las medicinas que muy inteligentemente
el gobierno concilió fueron los diálogos de paz que siendo en principio, una
solución al conflicto armado, ha sido la manzana de la discordia entre
políticos, líderes guerrilleros y la sociedad civil, dado que existe polarización entres los ciudadanos; el gobierno hace de los diálogos un negocio y un discurso para engañar al pueblo que desea la paz. Para la muestra un botón: el marco legal para la paz propuesto por el presidente de la Comisión de Paz del
Senado, senador Roy Barreras.
¿De qué trata el marco legal para la paz? Para
empezar, es bien importante resaltar las ambiciones lapsas y egoístas de los
políticos por ganar un peso más a partir de su investidura como senador, pues
en Colombia es un negocio redondo formular proyectos de ley aprovechándose de los recursos públicos para mal gastarlos. Dejando claro esa situación, pasemos a contar las
pretensiones del senador para formular tal proyecto, las cuales se expresan
así,
“facilitar la terminación del conflicto armado,
la propuesta autoriza la creación de mecanismos extrajudiciales de justicia
transicional, el establecimiento de criterios de priorización y selección de
casos, la suspensión de la ejecución de la sanción y la renuncia a la
persecución penal para los hechos no seleccionados”[1],
Como se puede leer, tales pretensiones pareciera
que las hubiese escrito de la mano con el famoso filósofo idealista “Platón” y los vamos a reflexionar. ¿En
qué nación del mundo no existe conflicto armado? Si balbuceamos podemos decir
que en dos o tres, pero es mentira. El conflicto armado siempre ha existido y
existirá, y mucho más en nuestra patria querida, donde el amor por los cultivos
ilícitos es y será una prioridad, donde las ansias de poder y corrupción son el pan
de cada día, así pues Colombia es una nación que por naturaleza política es egoísta, malvada y hasta perversa, lo que hace que el marco del senador empieza con el pie izquierdo.
Ahora bien, si hablamos de la creación de
mecanismos extrajudiciales de justicia transicional, estamos presuponiendo la creación de nuevos procesos judiciales según el caso o el cliente, en tal contexto serian
quienes han delinquido por décadas: delincuentes que se hacen llamar guerrilleros,
ahora son sacados del sistema judicial tradicional y ajustados a un proceso distinto donde las leyes no pesen en sus hombros, donde minimizan sus grandes delitos, lo que antecede a la violación del principio de independencia del poder judicial, a tal punto es el grado de intromisión que logra aislar
el poder judicial contra poniéndolo con un poder judicial transitorio no constitucional y de torcido interés.
La justicia transicional se no puede ver como
otra rama del poder judicial colombiano, como un anexo a la justicia ordinaria,
esa figura lo único que provoca son nauseas, pues ¿cómo el gobierno puede crear
una nueva figura judicial, para procesar a estos sujetos
homicidas, genocidas de forma permisiva y lapsa? Eso indigna. Aquí pongo entre
dicho las buenas intenciones del senador al momento de formular su magnate
proyecto de ley; yo diría proyecto de ….
Volviendo a la indignación que produce la justicia transicional, se puede traducir que por ningún lado que se analice esa figura pueda llegar a ser justa y por ende dar solución al conflicto armado, pues lo único que logra es colocar los derechos de los delincuentes es un pedestal, el cual el gobierno y el pueblo colombiano se le tiene que arrodillar y venerar. Eso es justicia?
Volviendo a la indignación que produce la justicia transicional, se puede traducir que por ningún lado que se analice esa figura pueda llegar a ser justa y por ende dar solución al conflicto armado, pues lo único que logra es colocar los derechos de los delincuentes es un pedestal, el cual el gobierno y el pueblo colombiano se le tiene que arrodillar y venerar. Eso es justicia?
Por otro lado, cuando se habla del
establecimiento de criterios de priorización y selección de casos, de forma implícita se percibe una fuerza maligna para justificar y priorizar a los amigos del gobierno y despejarlos de sus delitos, empero, no existe un común denominador
para decir que casos son más urgentes que otros. Es paradójico, estoy seguro que ésta pretensión la utilizarán no para seleccionar los casos mas urgentes y los seres más
peligrosos, sino para identificar sujetos en aras de ponerles un
plástico para que el peso de la justicia no cargue sobre su humanidad. Cada vez
que termino un párrafo, mi asombro por las negras intenciones del señor Barrera, aumenta.
Existe otra pretensión muy singular y
particularmente digo que es absurda: "la suspensión de la ejecución de la
sanción y la renuncia a la persecución penal para los hechos no seleccionados". Después de que un grupo armado haya hecho y deshecho con el pueblo, en otras
palabras, con los campesinos, los niños, los ancianos, los jóvenes y con quien
ellos se les da la gana, ahora resulta que no pueden ser sancionados. O bueno
como dice entre líneas: “suspensión” del verbo olvidar y/o tapar, que es lo
mismo que estoy afirmando anteriormente. El gobierno y el pueblo colombiano no
puede tener mente de pollo como se dice de manera coloquial; a esos delincuentes hay que tratarlos con todo
el peso de la justicia y no de la justicia postiza del senador, sino la
verdadera justicia Colombiana, aunque en ocasiones pareciera que fuera
inoperante y lenta, sin embargo funciona y es justa.
Por otro lado,
un delincuente que ha producido mucho dolor, soledad, sufrimiento,
desplazamiento, violación, etc., se le puede hacer borrón y cuenta nueva, muy
singular la cochina justicia transicional, con su sutil pretensión: "la renuncia
a la persecución penal para los hechos no seleccionados". En ninguna cabeza cabe
que un error tan garrafal no pueda ser procesado y sancionado, aunque aquí se trata de minimizar los hechos
de tal forma que no se vean tan graves, en ese orden se esconde la verdad y la
justicia tradicional hace de las suyas; se burla del pueblo.
Estas líneas son
cortas para lo mucho que hay que hablar, decir, depositar, criticar, analizar,
reflexionar sobre del marco legal para la paz, empero se hizo un escrito subjetivo con una óptica sobre realismo algo macondiano, como
lo acostumbramos a vivir en nuestro país de la prosperidad. Dios bendiga al
senador Roy Barrera y sus cochinos cómplices con tan flamante proyecto de
basura.
[1] Todo sobre el Marco Legal para la Paz. www.ambitojuridico.com. Recuperado el
06 de mayo de 2014 de la página web: http://legis.com.co/BancoConocimiento/T/todo_sobre_el_marco_legal_para_la_paz/todo_sobre_el_marco_legal_para_la_paz.asp
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